Tenemos un Dios potente y bueno.
Entonces, Dios nos protegerá, ¿verdad? Dios me librará del mal. Dios me cuidará.
¿Y si no?

¿Qué pasa cuando llega el mal y siento sus efectos? ¿Qué hago cuando mi vida se ve destrozada por la maldad de otros? ¿Cómo justifico a Dios en mi mente cuando me siento totalmente vulnerable al Enemigo y sus acechanzas?
¿Y si Dios no me protege?
“ …nuestro Dios, a quien rendimos culto, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, que sea de tu conocimiento, oh rey, que no hemos de rendir culto a tu dios ni tampoco hemos de dar homenaje a la estatua que has levantado.” Daniel 3:17,18
Ananías, Misael y Azarías tenían la respuesta.
Le tenían confianza a Dios. Él los rescataría.
¿Y si no?
Aún así, le darían gloria y adoración sólo a Él.
Aun así, morirían antes de cuestionar su bondad y su deidad.
Aún así, se rehusarían a adorar otra cosa que no fuera Él.
Job sufrió pérdidas y penas increíbles y él tuvo la misma actitud que estos tres hombres:
“Entonces Job se levantó, rasgó su manto y se rapó la cabeza; se postró a tierra y adoró. …El SEÑOR dio, y el SEÑOR quitó. ¡Sea bendito el nombre del SEÑOR!” Job 1:20, 21
En el caso de Ananías, Misael y Azarías, estaban bajo la amenaza de una muerte terrible si no adoraban a un dios falso. En el caso de Job, la tragedia ya había llegado a su vida, él había perdido todo. Y estos hombres ejemplares, no hicieron más que adorar a Dios.
¡Qué ejemplo tan impactante!
Vivo confiada en Dios, oro a Él y creo que Él me protegerá, me cuidará.
¿Y si no?
Y si no, quiero seguir fiel honrando sólo a Dios.
Y si no, que el Señor me ayude a adorarle.
Y si no, aunque él me mate, en Él esperaré.