Lo destacado de la semana:
Esta semana disfruté muchísimo el domingo. Los hermanos nos juntamos para hacerles unas bolsitas de dulces y juguetes a los niños y además tuvimos una comida de traje después de la predicación del evangelio. ¡Fue tan bueno trabajar en equipo y ver la realidad de que somos una familia en Dios! Obviamente, los niños quedaron muy contentos con sus regalos, y como cada quién recibió una pelotita, ¡el resto del día todo mundo estaba en peligro de que le dieran en la cabeza con una! Al sentarnos a comer juntos después de la última reunión, pudimos platicar y pasar tiempo con los creyentes y sus familias. Lo disfruté mucho.
La lección de la semana:
Cuando decides hacer algo para Dios, el Enemigo te ataca.
Cuando decides seguir sirviendo, el Enemigo te ataca.
Cuando decides no rendirte, el Enemigo te ataca.
Y al considerarte digno de un ataque, el Enemigo te pone en la misma categoría de las huestes de creyentes de toda la historia que, como tú, amenazaban su causa al servir al Señor.