Me costó trabajo elegir entre las maravillas que experimenté o vi durante la semana pasada. Pero aquí te paso tres:
La voz humana es una maravilla.
He tenido la oportunidad de tomar y dar clases de canto y me ha hecho apreciar este instrumento que Dios creó en nuestros cuerpos. ¡Qué sonidos tan majestuosos podemos crear con ella! ¡Y qué notas tan ligeras podemos soltar gracias a ella!

La yerbabuena es una maravilla.
Para empezar, me encanta su sabor. Pero, ¡qué bonita planta! Vi una en un vivero ayer, una plantita pequeña pero con sus ramas derechitas, siento que es una planta muy propia y digna con sus tonos verdes tan oscuros y sus hojitas aterciopeladas. Verdaderamente, la yerbabuena también declara la gloria de Dios.
Un buen libro es una maravilla.
Seguramente ya sabes que me encantan los libros, pero últimamente he disfrutado de unos buenos libros de C. S. Lewis y Amy Carmichael, héroes de la fe. ¡Qué bueno es poder aprovecharnos de lo que aprendieron creyentes de otras épocas! Y esto es gracias a los libros que nos dejaron.
¿Y tú? ¿De qué te puedes maravillar hoy?