Mi casa

Pensé que mi casa se llenaría 
de risa, tristezas, de compañía.
Pero en Su Palabra, Dios me dijo así:
“Yo te edificaré casa a ti.”

No me esperaba en la mesa tan pocos,
Y menos tener vacíos los cuartos.
Mas cuando clamé, Dios me dijo así:
“Yo te edificaré casa a ti.”

Pues, mis pensamientos no son los suyos,
me lleva, fiel, por sus altos caminos.
Y puedo confiar cuando me dice así:
“Yo te edificaré casa a ti.”

Trabajar es honroso.

El llamado del Creador. 
La carga. 
La vocación. 

Se obsequia 
junto con la preparación. 

Se recibe, 
se acepta,
con convicción. 

Y se lleva a cabo,
a la mas alta capacidad.
Se hace. Se hace bien. 

Rebosa el corazón por
la oportunidad,
el privilegio,
la satisfacción. 

El oír,
responder,
y trabajar,
es un honor.

Reseña: Lo que Dios dice sobre nuestros cuerpos

Lo que Dios dice sobre nuestros cuerpos es una teología del cuerpo escrito por Sam Allberry. Señala lo que aprendemos de la Biblia sobre nuestros cuerpos, su lugar en el mundo y en nuestra vida, pero aún más, su relación con lo espiritual. La primera sección habla de la creación el cuerpo y la encarnación de Cristo y lo nos enseñan estas dos magníficas verdades. La segunda sección habla del cuerpo quebrantado y cómo la entrada del pecado al mundo ha afectado al cuerpo de cada ser humano. Finalmente, la tercera sección habla del cuerpo redimido y la gloria que espera nuestro ser entero —incluso nuestro cuerpo— en la eternidad.

Para muchos, el tema del cuerpo es complicado porque trae sentimientos de decepción, inseguridad o vergüenza y este libro, tan lleno de sabiduría, da libertad y esperanza para estimar nuestro cuerpo por lo que es en el mundo físico y en el espiritual, también. Da una perspectiva eterna a un tema terrenal y físico pero que es una parte muy grande de nuestras vidas.

En mi opinión, sería difícil exagerar la importancia de este libro para para cada creyente en Cristo. Es urn libro nuevo, pero será un clásico de la literatura cristiana. Contiene verdades importantísimas y más relevantes que nunca.

Reseña: La mujer emocionalmente sana

Reseña la mujer emocionalmente sana

Este libro será una sorpresa para quien lo lea. Las mujeres creyentes estamos acostumbradas a libros que nos indican que debemos mantener la calma, ser amorosas sin condición, sacrificarnos para ser mujeres conforme a la voluntad De Dios. Mientras esos principios no son incorrectos, escuchar solo un lado del asunto nos puede llevar a tener vidas Cristianas desequilibradas. Esta autora no sugiere que debemos ser egocéntricas, pero sí nos señala que para ser mujeres emocionalmente sanas, debemos poner límites en nuestra vida, y más, que es imprescindible ser emocionalmente sanas si vamos a ser espiritualmente sanas. De hecho, Geri Scazzero habla de ocho cosas que ella tuvo que dejar de hacer para llegar a ser emocionalmente sana. Incluye cosas como “Dejar de morir a las cosas incorrectas”, “Dejar de negar la ira, la tristeza y el temor” y “Dejar de echarle la culpa a los demás.” 

Quizás un peligro de este libro será que alguna mujer lo tome como excusa para no ser servicial, pero francamente, lo dudo. En primer lugar, es mucho más común entre mujeres Cristianas el sacrificarse demás, el ser pasivas y no enfrentar estos asuntos en su vida. En segundo lugar, lejos de quitarle la responsabilidad a la mujer cristiana, la autora reta a la lectora a tomar acción. Dejar estas ocho cosas implica mucho más trabajo, mucha más responsabilidad y dar cuentas ante el Señor por cómo cuida su propia alma.

La mujer emocionalmente sana es un libro imprescindible para cualquier mujer cristiana que se siente abrumada y agobiada por sus “deberes” cristianos. Es un libro que por una parte, da libertad a la lectora de dejar cosas no saludables, pero también deja clara la responsabilidad por las acciones que lleva a cabo o no.  Es fácil suponer que siempre debes estar lista para “servir”, este libro nos recuerda que estamos aquí para dar gloria a Dios y no podemos hacer eso si estamos esclavizadas a complacer a los que nos rodean.

la tormenta que conozco

Imagen de Matt Hardy en Unsplash
Esta tormenta la conozco.
Los truenos, las olas, el viento cruel,
Entraron hasta mi alma 
con amenazas que me helaron. 
Y luego, desvaneció. 

La tormenta me dejó 
quebrantada, pero me dejó. 
A ella, esta tormenta
la ataca, la ahoga, la cansa…
y yo nada puedo hacer.
Esta tormenta la conozco. 

Esta tormenta, la vuelvo a ver.
Los truenos, las olas, el viento cruel,
Hoy entran hasta su alma, 
Con amenazas que la helan,
y se vuelven realidad.

Mas, sí puedo compartir:
“Esta tormenta la conozco,
sé que a tu alma trae terror.
Pero también, conozco a Alguien
que aún esta tormenta, 
los vientos y el mar le obedecen.”