En junio, asistí a un campamento de escritores cristianos en donde tuve el gusto de conocer a Margie, escritora como yo, canadiense como yo y viviendo en México como yo. Compartió un poema que me conmovió e inmediatamente pensé en compartirlo con mis lectores. ¡Espero les toque el corazón como a mí!
—
Se visten niños Dios
—
¿Vestirle a Dios?
Anacronismo
para mi incomprensible
mas para otros
devoción.
—
María lo vistió una vez
pero sólo cuando él
se vistió de carne.
—
¿Cómo vestirle a Aquel
que viste
campos y cielos
(de arcoiris, flores,
diamantes)
Y a los suyos
viste de rojo-amor
blanco-pureza,
azul celestial?
—
¿Cómo
(en aquel humano rito)
vestirle al Infinito?
Cuando él más bien
insiste:
—Hijo, viste
tu vida de mí,
tu inmundicia
de mi justicia.
Si quieres
vísteme
pero con tu alabanza
tu obediencia
tus oraciones
tu amor
tu todo.
—
—Pero más que nada
en tu pobreza y desnudez
déjame vestirte a ti.