¿Eres salvo? ¿Sí? ¡Qué bueno!
¿Por que?
Voy a dejar que pienses eso unos momentos.
¿Por qué eres salvo?
¿Qué propósito tenía Dios cuando te salvó?
Hay muchas posibles respuestas, entre ellas la respuesta básica “Dios me salvó para Su propia gloria,” pero hoy te quiero sugerir otra.
Dios te salvó porque tiene una obra para ti.
¿A poco es casualidad que tu nacieras en esta generación con ese talento? ¿Crees que la oportunidad que tuviste de estudiar una disciplina medio desconocida no fue premeditada? ¿Te dio Dios esa personalidad que tienes sólo porque no se le ocurría darte otra?
¡Claro que no!
Dios te eligió desde antes de la fundación del mundo, te dio una personalidad única, un talento específico y oportunidades hechas a tu medida. Dios tiene planeada una obra, una misión para la cual estás especialmente capacitado.
¿Cuál es esa obra?
Pues… es un poco más difícil saber eso. Pero te voy a dar un secreto que siempre ayuda a encontrar tu obra especial.
Haz lo que puedes, donde estás, con lo que tienes.
Si no estás en el lugar donde completarás tu obra especial, estás en el lugar que te capacitará para ella.
¿Hay que regalar folletos? ¿Hay que visitar a una hermana mayor que está sufriendo de su cadera? ¿Hay que recibir a los niños con una sonrisa a la clase?
¿Qué puedes hacer tú donde estas?
¿O a poco crees que es casualidad que Dios te haya puesto allí? 😉
