Él les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Marcos 6:31
Algún día, este versículo colgará en la pared sobre nuestro sofá, una invitación a descansar a solas.
El Señor invitó a sus discípulos a descansar.
Este tema es algo que ha sido olvidado, durante siglos, por los misioneros. O quizás, no por los misioneros mismos, sino solo por los que escribieron las historias de los misioneros. El descanso es algo vital y más cuando tu trabajo es persuadir a la gente a creer algo.
Cada creyente, sea misionero a tiempo completo o no, necesita recordar este versículo como algo esencial.
Es importante compartir el evangelio, ¡es un mensaje urgente! Pero, es igual de importante descansar.
Dios creo nuestros cuerpos para necesitar tiempo de descanso. Nuestros cerebros también necesitan ratos de silencio y soledad para procesar los sucesos del día, y estos tiempos tienen efectos grandes sobre nuestra salud emocional, también. (Hay estudios que indican que el aumento de la ansiedad en los jóvenes se relaciona directamente con la falta de soledad y silencio, ya que cada momento “a solas” se llena de likes, comentarios, memes en las pantallas de sus celulares).
No solo nos creó Dios con esta necesidad, sino que también practica el principio del descanso y nos lo dice en Génesis. Él, siendo inmortal y todopoderoso, descansó el séptimo día. Cristo también tomaba tiempo aparte para descansar, aunque era Dios mismo.
El descanso es necesario, aún para el creyente misionero.
Así que, en nuestra pasión por predicar el evangelio, no olvidemos este principio básico del Dios que tanto queremos compartir.
Venid aparte… y descansemos un poco.
