Pensé que mi casa se llenaría de risa, tristezas, de compañía. Pero en Su Palabra, Dios me dijo así: “Yo te edificaré casa a ti.” No me esperaba en la mesa tan pocos, Y menos tener vacíos los cuartos. Mas cuando clamé, Dios me dijo así: “Yo te edificaré casa a ti.” Pues, mis pensamientos no son los suyos, me lleva, fiel, por sus altos caminos. Y puedo confiar cuando me dice así: “Yo te edificaré casa a ti.”