¡La vida está llena de cositas maravillosas! ¿No me crees? Te lo voy a comprobar:
– Existen unas fundas preciosos para los teléfonos.
Cuando agarras tu celular, antes de salir de la casa cada mañana, ¿no te hace sonreír la funda bonita que le compraste? La mía me la regaló hermano, es blanco con un elefante, y me da una chispa de alegría cada vez que uso mi celular.
– Dios quiere dirigir tu noviazgo y matrimonio.
Casi todos los días vivimos algo que me hace dar gracias a Dios por la forma en que nos guió a conocernos y casarnos. La paz y el gozo de estar en la voluntad del Señor en tu matrimonio es incomparable. ¡Qué seguridad tan maravillosa! ¡Te aseguro que esperar a casarte con la persona indicada por Dios, vale la pena!
– Tenemos la oportunidad de oír los testimonios de otros creyentes.
Hace unos días, una hermana me contó cómo Dios la salvó. Y lo disfruté tanto porque saber cómo obró Dios en la vida de otra persona, te hace maravillar por Su grandeza y Su amor. Te recomiendo pedirle a alguien que te cuente su testimonio (de preferencia alguien que nunca te lo ha contado, obvio.) Está garantizado que al terminar la conversación, los dos saldrán con sonrisas en la cara.
– Los chícharos del mercado están deliciosos.
Detesto los chícharos cocidos. ¡Pero frescos, me encantan! Esta semana compré 1/4 de kg y me los acabé rapidísimo de tan frescos y crujientes. ¡Dios provee tantos productos deliciosos y saludables, que simplemente no puedo sino sonreír!