En el estudio bíblico hace unas semanas, vimos en Marcos 4 la parábola de las diferentes tierras y cómo sólo una dio fruto. Normalmente, lo vemos como el corazón de la persona que sí se arrepiente de su pecado y cree en el Señor Jesucristo para su salvación. Pero, la parábola no termina allí.
Marcos 4:8 dice, “ Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.”
A final de cuentas, sí se registra la cantidad de fruto que dio la tierra. Es importante que demos fruto. Pero, noté que no se calcula la cosecha en cantidades sino en porcentajes. ¿Porcentajes de qué? Obviamente, de lo que se invirtió.
Entonces, en base a lo que se invirtió, alguna tierra dio 30% de ganancia, otra 90% y otra 100% de ganancia.
Dios no busca de mí, cierta cantidad de cosecha o de fruto.
Pero sí busca fruto.
Él ha invertido en mí y busca un porcentaje de regreso.
¿Cuánto ha invertido Dios en mí? ¿Y en ti?
¿Qué tipo porcentaje de Su inversión sería justo que yo le diera? ¿Cuánta ganancia le voy a dar?
Y la otra pregunta es ¿qué tipo de fruto quiere?
La respuesta la encontramos en Juan 4:23
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Entonces, el reto para el día de hoy es darle a Dios el 100% de Su inversión en mí ¡de pura adoración!