El testimonio de Charles Wesley es impresionante.
¡Quizás en parte porque llevó una vida tan diferente a la que conocemos hoy en día! Pero este hombre es famoso más que nada por los himnos que fueron su legado.
Hace unos años encontré algo que Charles Wesley escribió. Al empezar a leerlo, me imaginaba que era un himno más, pero no.
Es una oración que dejó entre sus escritos.
Ya no me pertenezco, soy tuyo.
Dame el trabajo que quieras, con quien quieras;
Ponme a hacer, ponme a sufrir;
Permíteme trabajar para ti, o ser hecho a un lado para ti;
Exaltado para ti, o humillado para ti;
lléname,
vacíame,
tenga yo todo en abundancia,
o nada:
Libremente y con gusto
rindo todo para tu placer
y pongo todo a tu disposición.
~Charles Wesley
Lo que más me impresionó fue el cuarto verso: “Permíteme trabajar para ti, o ser hecho a un lado para ti;” Casi todos estamos dispuestos a trabajar para Dios. Todos queremos hacer algo para Él, ¿no? Pero, ¿si Dios quiere que esté quieta un rato? ¿Qué tal si Dios me pide orar en mi cuarto día tras día, en lugar de salir a ayudar en la Escuela Dominical? ¿Qué si Dios me pide sentarme, inútil, bajo la enseñanza de otro?
Muchas veces me pregunto, qué estoy dispuesta a hacer para Dios.