
Días de luto, tras la angustia de noches frías de tribulación. Cada sueño hecho ceniza, tu devastación concluida. La vida repleta de aflicción. Mas Dios ordena: ya no cenizas de desolación sino gloria. Ya no quebranto a lamentar sino gozo. Ya no la angustia en su desnudez sino un manto de alegría.