Él les dijo: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta multitud. Y eran como cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: Hacedlos sentar en grupos, de cincuenta en cincuenta. Así lo hicieron, haciéndolos sentar a todos. Y tomando los cinco panes y los dos pescados, levantando los ojos al cielo, los bendijo, y los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante de la gente. Lucas 9.13 al 16
“Dadles vosotros de comer.”
Cristo pidió a sus discípulos que hicieran algo imposible.
¡Darles de comer a más de 5000 personas! ¿Cómo podía Él pedirles algo tan difícil? Él sabía que ellos no tenían dinero. Él sabía que ellos tenían hambre al igual que la multitud. Él sabía que no había donde comprar tanto comida si encontraran los fondos para hacerlo.¿Cómo podía ser tan insensible a sus limitaciones?
Los discípulos le contestaron que no podían.
Le dijeron que sólo tenían cinco panes y dos pescados. Que no tenían dinero para ir a comprar comida.
Y Cristo les dio una instrucción.
“Hacedlos sentar en grupos, de cincuenta en cincuenta.”
Los discípulos aún no tenían respuesta. Aún no sabían cómo podrían darle de comer a tanta gente. Y ahora tenían que tomar una decisión. Podían seguir cuestionando a Cristo, insistir en que no había cómo alimentar a tantos, o podían obedecer la instrucción de hacerlos sentarse en grupos.
Decidieron obedecer.
No sabían cómo podrían darles de comer. No sabían siquiera si realmente alimentarían a la gente. Pero, obedecieron: sentaron a toda la gente en grupos.
El Señor dio gracias por los panes y pescados, los partió y luego, los dio a sus discípulos para que los sirvieran a la gente.
¡Los discípulos alimentaron a la multitud!
El Señor Jesucristo les había pedido que hicieran algo imposible. Luego, paso por paso, ¡les dio la manera de hacerlo!
Y hoy, hace lo mismo con nosotros.
Quizás parece que lo que el Señor nos pide es difícil, o aún imposible. Pero tenemos la seguridad de que si Él pide algo de nosotros, nos da la manera de obedecer.
¿Cómo vamos a encontrar la manera de obedecer que Él nos da?Obedeciendo los pasos más pequeños que Él nos manda a tomar, tal como los discípulos cuando sentaron a la gente.
Entonces, cuando Cristo te pide que hagas algo imposible, cuando me pide que haga algo imposible, lo único que necesitamos hacer es dar el siguiente paso pequeño de obediencia, porque Él hará que todo lo demás también sea posible.