Hay soledad en aislamiento. Silencio implacable. Vacía reflexion. Y vanas amistades de la pantalla azul. Hay soledad en compañía. Palabras y respuestas con poca comprensión. Suspiros de alivio comunes al partir. La soledad, inevitable. Mas Dios al solitario le hace habitar en una gran familia, en plena comunión.
