Al aprender más de la oración, me he dado cuenta de que hay pocas cosas que requieren de más valentía.

Al momento de cerrar los ojos o arrodillarte, el enemigo te ataca.
El enemigo te inunda el cerebro de quehaceres o te hace recordar algo chistoso que viste. Lo que sea por distraerte porque el momento en que te pones a orar, amenazas el reino de la maldad.
Y este fin, te ofrezco ese reto de orar, pero por algo muy específico.
El reto es rogar a diario que el Señor envíe obreros a su mies.
El mundo está lleno de gente que no ha escuchado el evangelio. ¡Vamos a orar que el Señor envíe personas a predicarles! ¡Vamos a rogarle a Dios que mande más obreros al campo!
Es un reto para este fin, sí.
Pero también es un mandato de Cristo.
…rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Lucas 10:2