“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;” 1 Pedro 5:6
“…echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. ” 1 Pedro 5:7

Siempre he visto estos dos versículos como ideas distintas. Es común ver 1 Pedro 5:7 en un cuadro bonito o como fondo de pantalla artístico. Y 1 Pedro 5:6 se usa para amonestarnos a ser humildes.
Pero, cuando estudiamos el capítulo el miércoles pasado, por primera vez vi estos versículos como realmente van – juntos.
¡Son un sólo enunciado!
Y las dos ideas principales del enunciado son: “Humillaos bajo la poderosa mano de Dios… echando toda vuestra ansiedad sobre él…”
Al meditar en estas frases, aprendí una nueva lección.
El echar mi ansiedad sobre Dios es un acto de humildad.
La ansiedad, la preocupación es muestra de mi orgullo.
Porque si yo me preocupo por algo estoy afirmando que soy yo la responsable de eso, soy yo la encargada, yo, la que lo controla.
Pero, la verdad es que esa carga no es mía.
¡Qué orgullo el pensar que yo tengo que preocuparme por aquello! ¡Qué arrogancia de mi parte, suponer que tengo que solucionar la situación!
El encargado es Dios.
El soberano es Dios.
Espero de hoy en adelante tener la humildad de echar mis ansiedades sobre Él; mi Dios de mano poderosa, mi Padre que tanto cuidado tiene de mí.