
“Haz lo que tienes en frente.”
Podemos pasar mucho tiempo preguntándonos cuál es nuestro llamado. ¿Cuál es nuestra vocación?
¿Cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas?
Pero, mientras esperamos esa revelación, ¿qué hacemos?
Siempre hay algo que obedecer.
Siempre hay un servicio a dar, un paso a tomar, aunque sea tender la cama.
Dios nunca nos deja totalmente en blanco. Siempre nos da algo que hacer. Tender la cama, como ya mencioné. Barrer el piso antes de la predicación. Ayudar a mamá a doblar la ropa. Estudiar para el examen del martes.
Siempre hay algo qué hacer. Y es un peligro el estar tan preocupados buscando el gran llamado, la gran causa de nuestra vida que nos perdemos los pequeños pasos de obediencia que Dios nos pide hoy.
¿Y sabes por qué es tan importante obedecer en lo que tienes por delante?
Porque Dios así nos guía.
Dios nos guía por medio de la obediencia a pasos pequeños. Como moronas de pan en el camino del cuento de hadas, Dios nos va dejando pequeñas pistas, oportunidades para obedecer, y si las seguimos, llegaremos al camino que Dios tiene para nosotros.
Entonces, te quiero animar a buscar la voluntad de Dios. Sí, ora y pídele que te muestre cuál carrera estudiar, con quién te vas a casar, cuál trabajo debes buscar. Pregúntale qué quiere que tú hagas, cuál va a ser tu contribución a su obra.