Acabo de terminar de leer el libro de Santiago y, a pesar de la opinión que tenía Martín Lutero sobre este escritor, ¡encontré muchísimas cosas de ayuda en la vida cristiana! Hoy sólo voy a compartir cinco versículos, uno de cada capítulo, que tienen la potencial de transformar mi vida si vivo según sus verdades. ¡Espero te inspiren, como a mí!
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Santiago 1.5
¿Cuántas veces me he topado con un problema que me hace sentir totalmente perdida y mi reacción ha sido todo menos hablar con el Señor? Él ahí está, esperando a que acuda a Él para pedirle Su sabiduría. Me quiere ayudar y si yo fuera a pedírselo con más frecuencia, ¡mi vida cambiaría!
Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. Santiago 2.12
Antes de ser creyente, yo vivía bajo la ley del pecado. Estaba acostumbrada a tener reglas y a romperlas. Y ahora que soy salva, es demasiado fácil seguir viviendo como si yo y todos los demás creyentes fuéramos a ser juzgados por la ley. ¡Pero no es así! Los salvos por gracia vivimos y seremos juzgados por la ley de libertad. ¿Qué quiere decir eso? Estamos bajo la gracia, es decir, ¡tenemos libertad de palabra y acción! Entonces, ¿qué haré con este gran privilegio? ¿Seguiré queriendo seguir y queriendo que todos mis hermanos sigan ciertas reglas? ¿O disfrutaré de la gracia que Dios nos ha dado a todos?
Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Santiago 3.17
¡Me encanta aprender! Pero, ¿qué hago con lo que aprendo? ¿Lo uso para demostrar lo inteligente que soy? ¿Lo uso para destrozar a los que no están de acuerdo conmigo? ¿Lo uso para hacer sentirse tontos a los que me contradicen? O, ¿uso mi sabiduría para paz, con amabilidad y bondad, mostrando misericordia para los que quizás no han tenido las oportunidades para aprender que Dios me ha dado a mí? Qué el Señor nos ayude a usar lo que sabemos para Su gloria, para buenos frutos, nada más.
En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Santiago 4.15
No se puede vivir sin hacer planes. Pero, ¿cuál es el centro de mis planes? ¿Mis planes giran en torno al Señor o en torno a mí? Si antes de hacerlos, yo tomara un tiempo para consultar al Señor, mi vida cambiaría por completo.

Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca. Santiago 5.8
¡La venida del Señor se acerca! Si realmente creyera que Cristo está por llegar, ¿cambiarían mis actividades? Probablemente sí, quizás daría más prioridad a mi familia, quizás hablaría con esa amiga inconversa, quizás regalaría ese folleto que ha estado en mi bolso durante días. ¡Qué el Señor nos ayude a vivir hoy según la verdad que Él regresa pronto!