Amanda Thiessen es una maestra, no sólo de la escuela bíblica, sino también en el ámbito secular. Le pedí que nos compartiera algunas cosas que aprendió como maestra, que nos podrían ayudar a nosotros como maestros de la escuela dominical.

Después de haber dado clases a niños de primaria, trabajado con niños por mucho tiempo y estudiar bastante sobre la docencia, hay varias cosas que me fueron de ayuda al dar clases en la escuela dominical.
1. Antes de poder aprender, los alumnos necesitan saber que están seguros y que son amados.
Este es un trabajo delicado hoy en día y los maestros debemos tener cuidado, pero antes de poder aprender necesitan sentirse cómodos en su ambiente y saber que la persona que les está enseñando tiene cuidado de sus almas.
2. Cada alumno aprende de manera diferente.
Cada niño que llega a la clase bíblica tiene un estilo diferente de aprender y esto hace más complicado el trabajo del maestro: el asegurarse de que cada niño sale de la clase habiendo aprendido la lección. Es importante que los maestros hayan alcanzado al alumno visual, auditivo, kinestésico y también los que aprenden por leer y escribir.
Aquí hay unas sugerencias sobre cómo tratar con cada estilo de aprendizaje en cada lección:
- El alumno kinestésico aprende con las manos y lo ayudan las manualidades, el colorear, las ilustraciones que pueden tocar, etc.
- El alumno auditivo es el que aprende mejor al escuchar y hay que asegurarnos de que estemos comunicándonos de manera clara.
- El alumno visual es el que aprende viendo; las ilustraciones, las imágenes y claves visuales son importantes para él.
- El alumno que aprende por leer y escribir, necesita hacer eso. Lo puedes ayudar pidiéndole que lea el pasaje de la Biblia y que escriba en el pizarrón, que tome notas de la clase o que haga un resumen de la historia.
3. Para concretar la lección en las mentes de los alumnos, necesitan practicar lo que han aprendido a través de las cuatro formas de comunicación.
En cada lección, cada niño debe:
Leer
Escribir
Escuchar y
Hablar
sobre lo que están aprendiendo.
4. Los niños deben estar involucrados en la lección.
Si buscas en línea, hay muchos recursos que te pueden ayudar a involucrar a los niños en una lección. Si el alumno no está participando, no está aprendiendo.
5. A los niños les encanta ser reconocidos.
Reconocerles es pedirle a varios que respondan preguntas, darles algún detalle por responder bien, un premio por su buen esfuerzo o trabajar junto a ti por un tiempo preestablecido. A veces, simplemente es decirle que reconoces su esfuerzo. Les encanta que uno reconozca lo que están procurando. Esto también ayudará a controlar el ambiente.
Agradezco a Amanda por tomar el tiempo de darnos estos consejos. Sé que me ayudarán a mí en la escuela bíblica. ¿Qué te parecieron sus ideas? ¿Hay algo más que tu crees sería bueno agregar?
Amanda Thiessen tiene una pasión por la enseñanza y los niños. Es Licenciada en Docencia y está completando una maestría en Docencia de Lenguas. Vive en Nevada, Missouri y sigue activa en los ámbitos de la educación y la Escuela dominical.