El fin de semana pasado me maravillé de cómo Dios usó la conferencia para tocar las vidas de los que asistieron.
Lo maravilloso del fin de semana:
- La enseñanza sobre la iglesia local. Los predicadores compartieron verdades sobre cómo debemos involucrarnos en las actividades y tratarnos entre hermanos y la bendición de Dios sobre los mensajes fue obvia.
- La familia carnal. ¡Cuando vives lejos los aprecias más! Fue tan bueno ver a mi familia, desayunar juntos, reírnos hasta la media noche de chistes locales, peinar a mi mamá… Dios inventó la familia, y ¡qué maravillosa es!
- El cariño entre hermanos que no tienen más en común que un Señor. En la conferencia vimos creyentes de varios países y de muchos trasfondos distintos, pero hubo una obvia unidad entre los hermanos.