Ser mamá es ser misionera.

Ser cristiano es ser misionero. Tengo años convencida de eso y escribiendo sobre el tema. 

Pero, ahora soy mamá y de todas las cosas que pensaba que aprendería, la que más me impactó fue la siguiente verdad: Ser mamá es ser misionera. 

¿Cuál es la responsabilidad del misionero? Enseñar a las almas que le rodean que fueron creados por Dios para habitar con Él y glorificarle, pero son pecadores y tienen dos opciones de destino: la habitación de Dios, el cielo, o el único lugar en dónde no está Dios, el infierno. Si una mamá no logra enseñarles otra cosa a sus hijos más que estas verdades fundamentales, es una mamá exitosa. 

¡Qué privilegio el de llevar las buenas noticias del rescate que Dios ofrece a los pecadores! Y si es un privilegio para el misionero en tierra lejana, ¿cuánto más para la mamá que lo comparte con sus seres más queridos? Si el misionero no hizo nada para merecer ser el vocero de Dios a almas pecadoras, la mamá tampoco merece el inmenso privilegio de compartir las Buenas Nuevas con esas almas tan inocentes que llegan a sus brazos y la miran con ojos llenos de confianza.

Rebosa mi corazón pensando en esta inmensa responsabilidad y este increíble privilegio. Ambas cosas son mías como misionera, pero como mamá, aumentan de manera exponencial. Este pequeño ser vivirá conmigo, a diferencia de las otras personas a quienes les comparto el evangelio. Me verá en mis peores momentos y me conocerá como pocas otras personas. Me amará y dependerá de mi como nadie más en el mundo. Si fallo en mi responsabilidad de enseñarle el evangelio, si tengo en poco este privilegio de ser un testimonio ante mi hijo, no será como la pérdida cuando no cumplo como misionera. No. Será una tragedia. Pero si soy una mamá misionera…¡cuánta gloria recibirá Dios en mi hogar! 

Ambas cosas son mías como misionera, pero como mamá, aumentan de manera exponencial. Este pequeño ser vivirá conmigo, a diferencia de las otras personas a quienes les comparto el evangelio. Me verá en mis peores momentos y me conocerá como pocas otras personas. Me amará y dependerá de mi como nadie más en el mundo. Si fallo en mi responsabilidad de enseñarle el evangelio, si tengo en poco este privilegio de ser un testimonio ante mi hijo, no será como la pérdida cuando no cumplo como misionera. No. Será una tragedia. Pero si soy una mamá misionera…¡cuánta gloria recibirá Dios en mi hogar! 

Hay muchos misioneros que se van lejos para sembrar la semilla y segar almas para Dios, pero resulta que el campo misionero más importante se encuentra aquí, en los brazos de mamá.

Paz del Señor

En cada tormenta,

en densas tinieblas,

con olas inmensas,

paz del Señor.

En persecuciones,

sufriendo crueldades,

y tribulaciones,

paz del Señor.

Si hambre padezco,

y me he enfermado,

la muerte acechando,

paz del Señor.

Una prueba

Yo no conocía

este dolor

y esta tortura

me es nueva.

Un peso en el pecho,

y el corazón

rodeado de presión,

nunca antes

lo había sentido.

Pero hoy sí.

Muy secos los ojos,

débil caigo

Ante este enemigo

sin respirar.

Totalmente sola,

agobiada

y golpe tras golpe,

cae sobre mí.

Mi cuerpo doblado,

–¡Ya no puedo!—

declaré mi verdad

mas sin saber

que era mentira.

Yo no conocía

este dolor.

Estoy descubriendo

(muchos saben),

con el sufrimiento,

se puede vivir.

cuando tienes que responder “no se”

Recuerdo que como adolescente leí un artículo que decía que si alguien te preguntaba algo sobre la Biblia y no sabías, se valía decir “No sé”. De hecho, era bueno, con tal de que después fueras a investigar la respuesta.

Me impactó, porque a veces creemos que los cristianos debemos tener todas las respuestas a todas las objeciones a nuestra fe.

Creemos que la Biblia sí tiene las respuestas a todas las dificultades de la vida. Pero, ¡eso no implica que nosotros vamos a saberlas todas!

Sí nos vamos a topar con preguntas que son difíciles. Sí vamos a enfrentarnos con objeciones y dificultades que no sabemos responder.

Y a veces, tendremos que responder “No sé”.

Se vale.

Pero, la Biblia sí indica que debemos tener respuestas cuando nos preguntan sobre nuestra fe.

y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; 1 Pedro 3:15

El Señor espera que estemos preparados para presentar defensa, es decir, hay que prepararnos. No nos sabremos todas las respuestas en cuanto el Señor nos salva. ¡No, tendremos que prepararnos!

Esto quiere decir que tendremos que estudiar la Biblia, buscar las respuestas en las profundidades de su verdad, pasar tiempo en oración pidiendo sabiduría al Señor, investigar sobre el idioma y la cultura original.

También quiere decir que tendremos que aprender de otros. Tendremos que preguntar a los que tienen más experiencia que nosotros. Tendremos que leer comentarios y escuchar mensajes de personas confiables. (Por eso me gusta este canal en YouTube: https://www.youtube.com/channel/UCh5ynVlOrUUrNC5q4wbO6cg).

Y luego, podremos regresar con la persona y decirle que investigamos ¡y que encontramos una respuesta!

¿Por qué es importante tener la capacidad de decir “No sé”?

Las personas que nos preguntan sobre nuestra fe están a la defensiva, buscando cualquier indicio de hipocresía o de que nos sentimos mejores que ellos. Por eso es tan importante responder con mansedumbre y reverencia.

Debemos tomar esas preguntas en serio y debemos responder en humildad. Y eso conlleva ser sinceros acerca de lo que no sabemos.

Pero, no nos impide el regresar y decir, “¿Te acuerdas de la conversación que tuvimos sobre X o Y tema? Investigué un poco y encontré que…”

Así que, no nos de miedo decir “No sé”.

¡Y no nos detengamos de investigar y regresar con la respuesta!

5 razones por las que se necesitan mujeres en una obra misionera

Dios dio funciones distintas a los hombres y a las mujeres en las iglesias locales. Pero, creo que también en lugares que a penas son misiones, las mujeres tienen mucho que contribuir que los hombres no pueden. Hay muchas razones por las cuales es importante que las mujeres participen y apoyen en obras misioneras. Aquí, sólo presento cinco:

  1. Las mujeres se cubren la cabeza según 1 Corintios 11 para mostrar la sujeción de la congregación a Cristo
  2. Las mujeres demuestran al mundo lo que es la femineidad como Dios la diseñó
  3. Las mujeres brindan un equilibrio a la congregación con la sabiduría, gracia y ánimo que dan a los demás
  4. Las mujeres pueden conversar con mujeres y jovencitas no creyentes, y en especial, escucharlas, en conversaciones privadas
  5. Las mujeres pueden ganarse a los niños pequeños en clases bíblicas de una manera especial.

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De JuanMa Velasquez. en Unsplash