La guía del Señor

Clamo al Señor que me guíe.
Que me haga ver claramente
Su alto camino,
y su plan perfecto.

Desesperada, temiendo
sentimientos confundidos,
no quiero perderme
la voluntad suya.

Como si no estuviera su columna
de fuego en la noche,
de nube en el día,
dando guía y protegiendo del desierto.

Como si no estuviera cerca y atento.
Con cada suspiro,
momento orando,
mi fe, mas no su amor hacia mí, aumenta.

Todo crece

Hoy quiero compartir unos profundos pensamientos de Rachel Holmes, una amiga escritora, que tiene un blog en inglés llamado Full of Good Things. Les recomiendo mucho que lo lean, si pueden. Por el momento, les dejo aquí mi traducción de su poema: Todo crece.

Todo crece.

Las personas, las ideas, el pecado, 
Las plantas y las preocupaciones y el asombro.

¿Cuánto tiempo echaron raíces antes de brotar?
¿Y cuánto duraron escondidos antes de hacerse ver?

Germinando bajo la superficie, en silencio, 
sin observarlos nadie.

Pero todo sale a la luz,
tarde que temprano.

Los retoños, el escándalo o el carácter
surgen de la raíz, del fundamento, de la base.

Toman tiempo y silencio, 
cuidado y alimento. 
O no lo toman y mueren.

Todo crece. 
¿Y en ti?

El solitario

Hay soledad
en aislamiento. 
Silencio implacable.
Vacía reflexion.
Y vanas amistades
de la pantalla azul.

Hay soledad
en compañía.
Palabras y respuestas
con poca comprensión.
Suspiros de alivio
comunes al partir.

La soledad,
inevitable.
Mas Dios al solitario
le hace habitar
en una gran familia,
en plena comunión.
Imagen de Karen Sewell en Unsplash

Isaías 61: 1 y 3 en verso

Imagen de Kristina Tripkovic en Unsplash
Días de luto, 
tras la angustia 
de noches frías de tribulación.
Cada sueño
hecho ceniza, tu devastación
concluida.
La vida repleta de aflicción.
Mas Dios ordena:
ya no cenizas de desolación 
sino gloria.
Ya no quebranto a lamentar 
sino gozo.
Ya no la angustia en su desnudez
sino un manto 
de alegría.

la luna

Levanto los ojos 
a esa perla luminosa 
que luce flotando 
sobre terciopelo negro.
Su halo diáfano, 
inspirando tranquilidad,
y paz, transmitiendo 
desde la lejana frialdad
hasta mi alma inquieta.