Clamo al Señor que me guíe. Que me haga ver claramente Su alto camino, y su plan perfecto. Desesperada, temiendo sentimientos confundidos, no quiero perderme la voluntad suya. Como si no estuviera su columna de fuego en la noche, de nube en el día, dando guía y protegiendo del desierto. Como si no estuviera cerca y atento. Con cada suspiro, momento orando, mi fe, mas no su amor hacia mí, aumenta.
poema
Todo crece
Hoy quiero compartir unos profundos pensamientos de Rachel Holmes, una amiga escritora, que tiene un blog en inglés llamado Full of Good Things. Les recomiendo mucho que lo lean, si pueden. Por el momento, les dejo aquí mi traducción de su poema: Todo crece.
Todo crece. Las personas, las ideas, el pecado, Las plantas y las preocupaciones y el asombro. ¿Cuánto tiempo echaron raíces antes de brotar? ¿Y cuánto duraron escondidos antes de hacerse ver? Germinando bajo la superficie, en silencio, sin observarlos nadie. Pero todo sale a la luz, tarde que temprano. Los retoños, el escándalo o el carácter surgen de la raíz, del fundamento, de la base. Toman tiempo y silencio, cuidado y alimento. O no lo toman y mueren. Todo crece. ¿Y en ti?
El solitario

Hay soledad en aislamiento. Silencio implacable. Vacía reflexion. Y vanas amistades de la pantalla azul. Hay soledad en compañía. Palabras y respuestas con poca comprensión. Suspiros de alivio comunes al partir. La soledad, inevitable. Mas Dios al solitario le hace habitar en una gran familia, en plena comunión.

Isaías 61: 1 y 3 en verso

Días de luto, tras la angustia de noches frías de tribulación. Cada sueño hecho ceniza, tu devastación concluida. La vida repleta de aflicción. Mas Dios ordena: ya no cenizas de desolación sino gloria. Ya no quebranto a lamentar sino gozo. Ya no la angustia en su desnudez sino un manto de alegría.
la luna
Levanto los ojos a esa perla luminosa que luce flotando sobre terciopelo negro. Su halo diáfano, inspirando tranquilidad, y paz, transmitiendo desde la lejana frialdad hasta mi alma inquieta.