4 versículos imprimibles

¿Te gustó la idea de agregar un versículo a los regalos que vas a dar en una etiqueta o tarjeta?

¡Aquí te dejo dos versículos en cuatro diseños distintos para que los puedas imprimir y regalar!

Los primeros dos son un diseño con dos lados. Los siguientes dos, tienen un solo lado. ¡Espero te ayuden a regalar el evangelio este año y te inspiren a crear tus propios diseños también!




3 maneras de compartir el evangelio en esta navidad

La navidad es un tiempo precioso de celebración en familia. Y es una buena oportunidad para compartir el evangelio con tus amigos y familiares.

¿Cómo hacerlo sin pasarnos?

1. Añadir unos versículos a cada regalo. 

Cuando era niña, mi mamá pasaba días haciendo galletas y dulces navideños y no todos eran para la familia. Siempre hacía suficientes para regalar una bolsita a cada uno de nuestros vecinos. Y junto con cada bolsa o plato de galletas, iba un papelito con unos versículos. 

¡Obviamente, no es necesario hacer galletas! Pero, si hay personas a quienes les vas a comprar un detalle, puedes añadir una tarjeta con versículos que hablan del Regalo de Dios para el mundo.

2. Incluir una lectura de la Biblia en tu celebración navideña.

Una de las tradiciones en la casa de mis papás es que al sentarnos a comer juntos el día de la navidad, mi papá nos lee Lucas 2, la historia del nacimiento del Señor Jesucristo. Esto enfatiza para todos los presentes la importancia de Cristo aún en nuestras celebraciones. 

Si tus familiares no son cristianos, quizás leer todo un capítulo sería demasiado. Pero, ¿por qué no leerles unos pocos versículos sobre la venida del Señor Jesús al mundo antes de la cena navideña? O antes del intercambio. O cuando tú veas un momento adecuado. Es una declaración de la importancia del evangelio en tu hogar.

3. Incluye un versículo en tu foto familiar o personal. 

En la navidad, muchos envían una foto junto con saludos y buenos deseos para el año nuevo. Es el lugar perfecto para incluir un versículo, ya sea en el mensaje o en la imagen misma. Tu familia y amigos van a leerlo porque es parte de tu saludo, entonces es excelente incluir un versículo corto que habla sobre por qué nació el Salvador.

Estas tres ideas son cosas sencillas, cosas que cualquiera puede hacer. Pero, realmente, comparten lo más esencial de nuestra celebración como cristianos: el Señor nació para morir por el pecador. 

¿Tienes otras ideas sobre cómo compartir el evangelio en esta navidad? ¿Cómo piensas tú ser misionero en estos días?

13 cosas que aprendí sobre la misión de ser madre

El libro Maternidad misionera de Gloria Furman, fue el más importante de los muchísimos que leí sobre criar hijos cuando estaba embarazada. Entre todo lo que aprendí sobre el apego y la independencia, el colecho y las cunas, lo más importante fue mi llamado a ser una madre fundada en el evangelio. 

Como el libro aún no se ha traducido al español, quiero compartir algo de lo que aproveché. ¡Espero estas citas te inspiren como a mí, a ser una mujer que señala a otros hacia la cruz!

1. “La maternidad es parte de la misión de Dios, lo cual destroza una vez y por todas la noción insípida de que ser madre es insignificante.”

2. “Ser madre (o nutrir) es un llamado no solo para las mujeres que tienen hijos biológicos o adoptivos. Ser madre es un llamado para toda mujer. Cada mujer cristiana tiene el llamado a ser madre espiritual haciendo discípulos de todas las naciones. Nuestra maternidad es, por naturaleza, misionera.”

3. “Solo Cristo tiene la fuerza para cumplir esta obra en y por medio de nosotras. La maternidad misionera no es un ejercicio en juntar la fuerza para hacer cosas para Dios. La maternidad misionera es un caminar de fe en el que los débiles (todas nosotras) tenemos que mantener ante nuestros ojos la visión de la cruz.”

4. “Nuestra maternidad misionera no se trata de lo que comemos o no, de lo que permitimos en nuestros hogares o no, sino de vivir de toda Palabra que sale de la boca de Dios y llevar fruto que da testimonio de la realidad del Evangelio.”

5. “¿Qué estamos haciendo en nuestra maternidad? ¿Cuál es el fin de la misión? Necesitamos saber la gran historia que comienza con la antigua historia.” [Las historias de la Biblia, a grandes rasgos, desde Génesis.]

6. “…las Escrituras, las cuales son suficientes para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir, para completar y preparar al hombre De Dios para cada buena obra. ¡Para cada buena obra! (Sí, eso quiere decir que Dios espera que Su Palabra te prepare para hacer la buena obra de ser madre).”

7. “Nuestra capacidad de proveer para los que están a nuestro cuidado, para nada es capacidad nuestra, como si nosotros fuéramos algo. […] No tenemos nada que hacer en los lugares a donde Dios no nos ha llamado, porque no tenemos nada en nosotras qué dar.”

8. “¿Hay niños bajo tu cuidado, discípulos en tu iglesia, vecinos en tu calle? Señálales la cruz.”

9. “Necesitamos saber que nuestro hogar no es un reflejo de nuestra imagen, sino un espacio en el que trabajamos para mostrar la imagen de Cristo.”

10. “Servir a otros desde una posición de debilidad personal es vergonzoso para nosotras que somos tan orgullosas. Nos gusta vernos autosuficientes. […] La maternidad cristiana se lleva a cabo desde una postura de debilidad y dependencia. […] La oración es algo que Dios ha establecido y que su Espíritu Santo…facilita. Es natural ver una oportunidad de ministrar y preguntar, “Pero, ¿cómo Señor?” Es sobre natural ver tu ministerio de diario y decir, “Señor, para ti todo es posible. Aún hoy.” A través de Jesús somos sacerdotes que oran. …no nos rendimos cuando reconocemos nuestra debilidad. Al contrario, vemos una tremenda oportunidad para que Dios muestre su fuerza a través de instrumentos débiles como nosotros. Y esto nos impulsa a orar.”

11. “La meta de nuestra maternidad es declarar las buenas nuevas a la siguiente generación, “a pueblo no nacido aún” (Salmo 22:31).

12. “Tito 2 no trata sobre cómo las mujeres cristianas deben ser diosas domesticas, sino que trata sobre cómo las mujeres cristianas señalan a otros hacia a Dios por medio de su hogar.”

13. “Quizás digan que solo estás dándole de comer a un niño hambriento, o solo llenando papeles, o solo doblando ropa, o solo pagando la luz. Pero nosotros sabemos que no es nada insignificante nutrir la vida frente a la muerte.”

Ser mamá es ser misionera.

Ser cristiano es ser misionero. Tengo años convencida de eso y escribiendo sobre el tema. 

Pero, ahora soy mamá y de todas las cosas que pensaba que aprendería, la que más me impactó fue la siguiente verdad: Ser mamá es ser misionera. 

¿Cuál es la responsabilidad del misionero? Enseñar a las almas que le rodean que fueron creados por Dios para habitar con Él y glorificarle, pero son pecadores y tienen dos opciones de destino: la habitación de Dios, el cielo, o el único lugar en dónde no está Dios, el infierno. Si una mamá no logra enseñarles otra cosa a sus hijos más que estas verdades fundamentales, es una mamá exitosa. 

¡Qué privilegio el de llevar las buenas noticias del rescate que Dios ofrece a los pecadores! Y si es un privilegio para el misionero en tierra lejana, ¿cuánto más para la mamá que lo comparte con sus seres más queridos? Si el misionero no hizo nada para merecer ser el vocero de Dios a almas pecadoras, la mamá tampoco merece el inmenso privilegio de compartir las Buenas Nuevas con esas almas tan inocentes que llegan a sus brazos y la miran con ojos llenos de confianza.

Rebosa mi corazón pensando en esta inmensa responsabilidad y este increíble privilegio. Ambas cosas son mías como misionera, pero como mamá, aumentan de manera exponencial. Este pequeño ser vivirá conmigo, a diferencia de las otras personas a quienes les comparto el evangelio. Me verá en mis peores momentos y me conocerá como pocas otras personas. Me amará y dependerá de mi como nadie más en el mundo. Si fallo en mi responsabilidad de enseñarle el evangelio, si tengo en poco este privilegio de ser un testimonio ante mi hijo, no será como la pérdida cuando no cumplo como misionera. No. Será una tragedia. Pero si soy una mamá misionera…¡cuánta gloria recibirá Dios en mi hogar! 

Ambas cosas son mías como misionera, pero como mamá, aumentan de manera exponencial. Este pequeño ser vivirá conmigo, a diferencia de las otras personas a quienes les comparto el evangelio. Me verá en mis peores momentos y me conocerá como pocas otras personas. Me amará y dependerá de mi como nadie más en el mundo. Si fallo en mi responsabilidad de enseñarle el evangelio, si tengo en poco este privilegio de ser un testimonio ante mi hijo, no será como la pérdida cuando no cumplo como misionera. No. Será una tragedia. Pero si soy una mamá misionera…¡cuánta gloria recibirá Dios en mi hogar! 

Hay muchos misioneros que se van lejos para sembrar la semilla y segar almas para Dios, pero resulta que el campo misionero más importante se encuentra aquí, en los brazos de mamá.

cuando tienes que responder “no se”

Recuerdo que como adolescente leí un artículo que decía que si alguien te preguntaba algo sobre la Biblia y no sabías, se valía decir “No sé”. De hecho, era bueno, con tal de que después fueras a investigar la respuesta.

Me impactó, porque a veces creemos que los cristianos debemos tener todas las respuestas a todas las objeciones a nuestra fe.

Creemos que la Biblia sí tiene las respuestas a todas las dificultades de la vida. Pero, ¡eso no implica que nosotros vamos a saberlas todas!

Sí nos vamos a topar con preguntas que son difíciles. Sí vamos a enfrentarnos con objeciones y dificultades que no sabemos responder.

Y a veces, tendremos que responder “No sé”.

Se vale.

Pero, la Biblia sí indica que debemos tener respuestas cuando nos preguntan sobre nuestra fe.

y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; 1 Pedro 3:15

El Señor espera que estemos preparados para presentar defensa, es decir, hay que prepararnos. No nos sabremos todas las respuestas en cuanto el Señor nos salva. ¡No, tendremos que prepararnos!

Esto quiere decir que tendremos que estudiar la Biblia, buscar las respuestas en las profundidades de su verdad, pasar tiempo en oración pidiendo sabiduría al Señor, investigar sobre el idioma y la cultura original.

También quiere decir que tendremos que aprender de otros. Tendremos que preguntar a los que tienen más experiencia que nosotros. Tendremos que leer comentarios y escuchar mensajes de personas confiables. (Por eso me gusta este canal en YouTube: https://www.youtube.com/channel/UCh5ynVlOrUUrNC5q4wbO6cg).

Y luego, podremos regresar con la persona y decirle que investigamos ¡y que encontramos una respuesta!

¿Por qué es importante tener la capacidad de decir “No sé”?

Las personas que nos preguntan sobre nuestra fe están a la defensiva, buscando cualquier indicio de hipocresía o de que nos sentimos mejores que ellos. Por eso es tan importante responder con mansedumbre y reverencia.

Debemos tomar esas preguntas en serio y debemos responder en humildad. Y eso conlleva ser sinceros acerca de lo que no sabemos.

Pero, no nos impide el regresar y decir, “¿Te acuerdas de la conversación que tuvimos sobre X o Y tema? Investigué un poco y encontré que…”

Así que, no nos de miedo decir “No sé”.

¡Y no nos detengamos de investigar y regresar con la respuesta!