Si eres cristiano, eres misionero.
Hay dos versículos que nos lo indican claramente.
Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. 2 Corintios 5:20
Como cristianos, somos representantes de Cristo en la tierra. Cristo, el que predicó claramente: “Arrepentíos y creed en el evangelio.” El que tanto se preocupó por las almas perdidas, el que compartió la verdad con amor.
Cristo ya no está aquí en la tierra.
Nosotros sí. Y es nuestro deber representarlo bien.
Y si predicamos el evangelio, si mostramos Su amor, si compartimos la verdad, si somos buenos embajadores, habremos completado la obra tal como nos la pidió sin esfuerzo extra.
Es que es tan fácil creer que el regalar un folleto, el preparar un mensaje del evangelio, el compartir las Buenas Nuevas en conversación con un compañero son cosas extras. Creemos que sólo los cristianos super espirituales invitan a las personas a sus casas para hablar de la Biblia. Creemos que sólo los misioneros o los pastores pueden organizar una serie de clases para niños o una repartición de textos.
Pero si cada creyente lo hace, ¡no es más de lo que le pidió el Señor!
Es decir, el Señor nos nombra a todos y a cada uno como sus embajadores.
¡Tenemos que representar bien a Cristo! ¡Tenemos que vivir el evangelio, servir a los hermanos y buscar a los perdidos!
¿Y sabes qué?
No habremos hecho más de lo que debíamos.
Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos. Lucas 17:10
Esta es la tercera entrada de tres sobre el cristiano misionero.