¿Por qué tienes valor?
¿Por qué eres importante? ¿Qué te da significado?

Algunos, si no estamos ayudando a alguien, nos sentimos insignificantes. Otros sólo nos sentimos importantes cuando nadie está enojado con nosotros. Y otros más sólo sentimos que tenemos valor si nos vemos guapos.
Hay mil cosas que nos hacen sentir valiosos. Pero, todo puede cambiar.
Mi apariencia puede cambiar con un accidente repentino. Es imposible que todos siempre estén contentos conmigo. Mi capacidad de ayudar a alguien disminuye si tiene un proyecto del que no sé nada. Todas las cosas que me hacen sentir valiosa pueden cambiar.
Entonces, ¿qué es lo que realmente me da valor?
Cristo me ama.
¡Si sólo pudiera recordar esto!
Mi valor no se basa en cuánto ayudo a los hermanos en la conferencia. Ni en la cantidad de folletos que regalé la semana pasada. Ni tampoco en el número de seguidores que tengo en Instagram.
Soy valiosa porque Cristo me ama.
Soy significante porque soy significante para Cristo.
Y si ese es el fundamento de mi valor ¿puede cambiar?
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?… Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:35, 36
Nada me puede separar del amor de Cristo.