Estos días ha sido más difícil detenerme para observar las pequeñas maravillas que Dios ha incluido en mi vida. Eso pasa cuando los días se llenan de actividad. Los momentos pasan rapidísimo, borrosos y no te das cuenta de las cositas que hacen tu vida mejor. Pero es el momento de detenerme y meditar en lo que ha sucedido desde el martes pasado. ¿Cuáles son las maravillas que Dios me ha dado últimamente?
- La frescura de agua fría en una tarde calurosa.
- El talento que veo en amigos y parientes y, ¡mejor aún cuando disponen de él para la obra del Señor!
- Música instrumental que te relaja cuando la escuchas.
- La brisa que está entrando por la ventana de la sala.
¿Y tú? ¿Te has detenido para notar las maravillas que han llegado a tu vida últimamente?
No, no lo he hecho, pero gracias a tí, ahora sí.
Yo creo que a Dios le gusta cuando nos detenemos para apreciar las maravillas que Él no da a diario. Tú, mi querida Erika, ¡eres la maravilla de mi vida!
🙂 Gracias, Ricky!