Clamo al Señor que me guíe. Que me haga ver claramente Su alto camino, y su plan perfecto. Desesperada, temiendo sentimientos confundidos, no quiero perderme la voluntad suya. Como si no estuviera su columna de fuego en la noche, de nube en el día, dando guía y protegiendo del desierto. Como si no estuviera cerca y atento. Con cada suspiro, momento orando, mi fe, mas no su amor hacia mí, aumenta.