
En la luz de la mañana,
cuando las estrellas duermen,
alzo mis ojos al cielo
que quiero contemplar la cruz.
–
En la tarde me detengo
entre mis actividades,
busco estar solo un momento,
que quiero contemplar la cruz.
–
En la noche tan tranquila,
cuando cierro ya mis ojos,
llevo mi alma al Calvario,
que quiero contemplar la cruz.